San Nicolás de los Arroyos se encuentra en la provincia de Buenos Aires, República Argentina, a 230 Km. de la Capital Federal, a orillas del Río Paraná. Ciudad donde en 1852 se acordara fundar la Asamblea Constituyente, por eso conocida como Ciudad del Acuerdo, o también como Ciudad del Acero, por la industria metalúrgica, pues allí se encuentra uno de los altos hornos más grandes de América Latina, pero será luego conocida como la Ciudad de María.
La ciudad lleva el nombre de un Santo nacido hacia el año 270, a quien se ha levantado mayor cantidad de iglesias en el mundo, después de la Santísima Virgen. San Nicolás defendió valientemente en el Concilio de Nicea el misterio de la maternidad divina de María.
Antes de la creación del Curato de los Arroyos, aproximadamente a partir del año 1700, fue construida en la desembocadura del Arroyo del Medio, un oratorio en honor a la Santísima Virgen del Rosario, donde periódicamente se celebraban los oficios religiosos, pues era la única capilla de la entonces pequeña población nicoleña.
En 1730, se crea el Curato de los Arroyos con asiento en la actual ciudad de Rosario, y la Virgen del Rosario fue su Patrona. Dicha jurisdicción se extendía desde el Arroyo de la Hermanas, hasta el Río Carcarañá, perteneciendo a la misma la población de San Nicolás.
Posteriormente a su creación, Rafael de Aguiar, que tenia proyectada la capilla en honor a San Nicolás, hizo reconstruir el oratorio del Rosario (del Arroyo del Medio), pues un malón lo había destruido parcialmente.
En la segunda mitad del siglo pasado, cuando explota el polvorín cercano al viejo Templo de San Nicolás, se recupera de entre los escombros, ya que el Templo se había derrumbado, la única imagen de la Virgen del Rosario.
Al momento de la aparición, San Nicolás sufría una crisis social sin precedentes, ya que la enorme mayoría del pueblo vivía directa o indirectamente de una planta siderúrgica que allí funcionaba. A partir de los años ´90, una crisis de ésta generó una enorme suba del desempleo en el lugar, lo que empujó a mucha gente a la oración y la entrega de sus dificultades a Dios. En medio de esta enorme crisis social quiso Dios que Su Madre siembre la semilla que convierta al pueblo argentino.
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